En toda organización de fútbol americano estudiantil, ya sea de categorías infantiles, juveniles o universitarias, los jugadores crecen y maduran de acuerdo a la propia etapa de sus vidas en la que se encuentren. De esa manera, los equipos se van transformando y evolucionando, abriendo espacios en sus rosters para las siguientes generaciones.

Con la temporada de la categoría Juvenil “C” CONADEIP 2019 a punto de concluir, es completamente natural que varios atletas de último año, quienes estarán concluyendo sus estudios de preparatoria en el próximo verano, pronto tengan que emigrar hacia otros horizontes, tanto en lo académico como en lo deportivo.

Tal es el caso de 22 Guerreros Jaguar que próximamente se graduarán de la preparatoria del Colegio SuBiré, y cuya elegibilidad para participar en la categoría Juvenil de fútbol americano llegará a su fin.  En espera de la definición de los juegos de postemporada, en la que seguramente les tocará enfrentar en semifinales a la Prepa Tec en Monterrey, los más veteranos de la escuadra tapatía miran con nostalgia al pasado.

Para el wide receiver Alfredo Guerrero del Toro, a quien todos conocen como “chino”, el momento actual es una mezcla de felicidad y tristeza.  “Me siento feliz (…) porque fueron tres años que dediqué tiempo, dinero, todo; aquí me la vivía, coacheaba, jugaba, me venía a los partidos, todo; y tristeza pues porque (…) ya se acabó mi temporada como juvenil, mi elegibilidad ya se acaba”, dijo el entusiasta jugador, quien además es conocido por saberse de memoria absolutamente todos los esquemas y jugadas en el libro de los Guerreros Jaguar.

Aún con esa mezcla de sentimientos, Alfredo sabe perfectamente que el futuro inmediato es promisorio, tanto para él como para la organización a la que debe dejar atrás.  “Me siento entusiasmado porque sé que vienen cosas mejores para el equipo, para SuBiré y para mí en lo personal, o sea, vamos a seguir jugando (Liga) Mayor y a seguir poniendo en alto el nombre de SuBiré porque pues me enseñaron muchísimo,” enfatizó el receptor.

Al intentar expresarse en estos momentos, imposible es para estos jóvenes no sentirse invadidos por la nostalgia.  Eduardo Rafael Villegas Navarro, conocido entre sus compañeros como “Chapu”, y quien juega fútbol americano en el Colegio SuBiré desde que estaba en segundo de secundaria, no es ajeno a este sentimiento y así lo manifestó: “Empecé aquí (…) hace ya aproximadamente cinco años y desde entonces no he dejado de jugar aquí, y pues uno se pone a pensar todo lo que ha vivido aquí, los amigos, lo coaches, y pues se pone triste uno.”

Al igual que “Chapu”, el defensive back Giovanni Corona Mercado no puede evitar la melancolía que provoca saber que vienen sus últimos momentos en esta escuela.  “Solamente puedes pensar que tienes que dar todo lo mejor en las semanas que te quedan, y pues a demostrar de lo que estás hecho y por qué estás aquí”, dijo el jugador, quien fue además seleccionado nacional Sub-19.

La gratitud es otra de las emociones que en momentos como estos se vienen a la cabeza de los jóvenes estudiantes del Colegio SuBiré.  “Estoy agradecido con los coaches, con los managers, con los papás, con los jugadores, con todo el mundo de aquí de SuBiré, porque nos trataron de la mejor manera a mí y a mi familia, (…) entonces eso pues vale oro”, señaló entusiasmado Alfredo Guerrero.

Al referirse a los aprendizajes adquiridos aquí, Eduardo Rafael Villegas mencionó: “El saber valorar a tus amigos, el trabajar fuerte, el no rendirte, aunque las cosas se vean mal, más que nada, eso siempre nos lo impuso el coach Peter.”

Por su parte, Giovanni Corona sabe bien que conservará todos los momentos vividos, tanto los buenos como los malos, y agregó: “Más que nada me llevo todas las amistades, toda la familia que he formado aquí, (…) los coaches ya también se volvieron mi familia, mis compañeros, me llevo todo eso.”

Aplicar en sus vidas todo lo aprendido como Guerreros Jaguar se vuelve particularmente importante para jóvenes como Alfredo, Eduardo y Giovanni, pero sobre todo el nunca darse por vencidos ante cualquier circunstancia.  Quizá para algunos el deporte no sea fundamental en su siguiente etapa académica ya que, por ejemplo, Eduardo mencionó que prefiere dedicarle más tiempo al estudio, por lo que es muy probable que ya no practique más el fútbol americano.

Por su parte, Giovanni ya tiene una beca deportiva asegurada para estudiar y jugar con los Borregos Salvajes del Tec Guadalajara, y sobre esa oportunidad afirmó: “Espero iniciar en primer equipo el primer año y demostrar que Guadalajara tiene muchísimo talento, que a veces no se ve tan potencializado, o sea, hay demasiado talento pero hay veces en que no se aprovecha, (…) son muy pocos los que intentan llegar (a selecciones), aunque sepan que tienen talento pues no buscan trascender.”

Alfredo aún no está seguro de la institución en donde continuará estudiando y jugando, pero mencionó que una de sus grandes opciones es el Tec Campus Querétaro.   Al final de la charla el receptor miró una vez más al pasado y resumió así su vida como jugador: “Yo fui ocho años Carnero (de Guadalajara) de corazón, mis colores eran azul y blanco, las circunstancias dieron que me tenía que retirar de ese equipo, (…) ahí nací, pero también SuBiré, estos tres años la neta me ha dado para decir que es el mejor equipo de México, la verdad, y el mejor de Jalisco sin duda alguna, entonces ahora tengo ya muchos colores: blanco y azul y negro y dorado van a ser mis colores que toda la vida voy a representar.”