Uno de los defensivos de mayor experiencia en los Borregos Monterrey es sin duda el linebacker, Carlos Martell, quien considera su departamento se ha sabido acoplar muy bien al nuevo sistema defensivo y sus entrenadores.
El veterano del Tec de Monterrey está consciente de que todos deben hacer al 100 su labor, ya que en estos momentos no se ha definido a los titulares y la lucha es cerrada, en especial por la llegada de jugadores nuevos.
Para “El Pollo” Martell el departamento defensivo no ha cambiado mucho, sino que más bien es que ya entendieron el nuevo sistema, pero siguen muy agresivos y rápidos en cada jugada.
“Además llegaron chavos nuevos, por ejemplo los hermanos Santiestebán, así como Sebastián Mejía, que es un excelente esquinero y otros compañeros más que le han dado mucha solidez al departamento, por eso nadie se puede descuidar, ni nosotros los veteranos porque perdemos la titularidad”, explicó el apoyador de los Borregos.
A juicio de Carlos Martell el factor donde su equipo ha mejorado es la velocidad, sin dejar a un lado el ser como buen defensivo muy agresivo en cada momento.
El experimentado apoyador del Tec de Monterrey sabe que la temporada será larga y complicada, por lo que la preparación en el gimnasio no deben abandonarla, además de que se ha buscado que los jugadores se rehabiliten rápido, para así no prescindir de ellos en el campeonato.
“Este año la temporada es un poco más larga, desde los mismos encuentros de preparación son duros, así que será fundamental la preparación física y ser muy puntuales en la rehabilitación que tengamos”, añadió Carlos Martell.
Pero Martell confía en el trabajo de su preparador físico Rubén Borbolla, que se caracteriza por llevarlos de la mano durante todo el torneo para que no haya altibajos en cuando al aspecto físico.
El joven Martell no muestra confianza, ni tranquilidad, sino mucha disposición para hacer lo mejor posible su trabajo en el campo, ya que la temporada será fuerte y de mucha exigencia, en donde además quieren sacarse esa espinita que quedó clavada tanto en el clásico, como en la final.