El fútbol americano es una actividad que se imparte en las Instituciones educativas por ser uno de los mejores complementos para una buena formación integral y para el Tec de Monterrey en Querétaro, este programa deportivo ha sido muy especial por su corto tiempo de conformación y qué mejor evidencia que los relatos de los jugadores seniors compartiendo sus vivencias:

Eduardo Alberto Ostos Rifka:

Jugar Liga Mayor siempre fue mi sueño y objetivo. Desde pequeño, sabía que era un sueño que iba a costar y se podía lograr a través de trabajo duro, esfuerzo y pasión. Representar una Institución como lo es el Tecnológico de Monterrey y poder llamarte Borrego es algo que pocas personas pueden hacer y estoy agradecido con la oportunidad que se me brindo para poder estar aquí y mostrar mi capacidad para jugar este juego. Estando en mi sexta mayor, mi senior year, siendo uno de los 4 capitanes, puedo voltear otras y ver como el equipo ha crecido y como yo he crecido como jugador y no podría estar más contento. Mi paso por Borregos Qro, ha estado lleno de cambios y crecimiento, cada temporada me ha dejado un aprendizaje que he tomado para poder ser un mejor jugador y persona. Verdaderamente siento que este es el año para Borregos Querétaro, de poder proclamarnos campeones del grupo en el que nos encontramos. Así mismo se que el equipo continuara creciendo, volviéndose aún más y más competitivo ya que estamos repletos de gente con talento, capacidad y ganas de seguir avanzando.

Nestor Etienne Ibarra Bonales:

Wow si hoy fuera mi último día jugando americano diría que no, que jugar este deporte no es lo más importante del mundo, que el universo no gira alrededor de estas 120 yardas pero ya van muchos años acomodando mis horarios en torno a este deporte ya más de una década entera subiendo y bajando esa marca de 40 yardas que mide un simple cronómetro pero jajajajaja… no es lo más importante. pero yo solo soy un apasionado un romántico que muere estúpidamente enamorado de mi anónima misión deportiva.

Si fuera mi último día pediría justicia pediría clemencia diría que NO, que no puede pasar: jugando americano me he divertido, he conocido amigos, he viajado, he adquirido un hábito que me enorgullece. Que tras unos cuantos miles de días de entrenamiento de dobles o triples sesiones e descubierto la fórmula de la felicidad: mucho esfuerzo inútil, muchísimas pero muchísimas decepciones, y unos raros, escasísimos momentos de haber dado lo mejor de mí, de estar sintiendo la vida por todos los poros de la piel.

Así que no, no me apego a la regla de los 25 años por que como atleta frustrado como aficionado obsesivo nadie me arrebatara el olor del caucho, los amaneceres y atardeceres que he visto mientras me faltaba el aire, el sonido de la lluvia sobre mi casco, el rugir del estadio, la ducha reparadora después de un día de guerra (un juego)

Por qué yo juego y no es el campo, el camino, el enojo o el estrés lo que voy dejando atrás soy yo que avanzo soy yo quien le enseño a su corazón a latir más lento para poder llegar más lejos más rápido para rendir mas tanto más que hoy no basta con lo de ayer y a lo de mañana no le bastara lo de hoy. Porque le enseñe a mi cuerpo que pueden más una década de diciplina y voluntad gritando un inexplicable si que 10 kilos de musculo y tendones diciendo no.

Porque soy un jugador de americano y luego existo, porque he convertido el cansancio en una constante. Pues mi vida dejaría de ser sin ese instante ese donde Dios, el cielo y la tierra juegan conmigo, ese momento donde vuelo. Y lo seguiré haciendo mientras me acompañe la salud el jadeo y el dolor para alcanzar esa plenitud que se siente al volver fortalecido tras una sesión, del adorable infierno que existe en el límite de tus propias fuerzas.

Gracias por salvarme la vida te lo debo todo.

Felipe Enea Elizalde Casanova:

"Desde que llegué a Borregos sentí ese cambio drástico en mi vida, he encontrado una nueva familia en la cual confiar plenamente, he vivido desde desgracias hasta las mejores victorias junto con ellos. Este que es mi último año me llevo una felicidad interna por todos esos momentos que viví"

Jorge Alberto Montoya Martínez: 

Estudiar en el tecnológico de Monterrey ha sido uno de los cambios más radicales en mi vida, influyó tanto en mi carácter y mi perspectiva global. Han pasado muchos acontecimientos importantes desde que se abrió el programa en 2014. Cundo recién fui reclutado las cosas comenzaron a cambiar en mi vida, por ejemplo: el llegar a una ciudad desconocida, con un staff de coacheo nuevo, enseñanzas, metodologías y sistemas totalmente diferentes y mucho más complicados. Llegar a crear un equipo de liga mayor de la nada con solo unos cuantos pesos en la cartera, una maleta llena de ilusiones y muchas ganas, sueños y metas por cumplir. 6 temporadas diferentes, con aprendizajes distintos en cada una de ellas, con compañeros que llegan y se van y otros pocos que dejaron huella en el equipo y en mi persona. Los coaches que impactaron de manera positiva en mi vida han logrado construir el jugador, estudiante y futuro profesionista que hoy soy. Estoy infinita mente agradecido con el programa, con la institución por permitirme representarla cada año. Esta temporada siendo la última me despido con la frente en alto, dejando lo que fue mi casa, el equipo que represente por más de 5 años, no solo en el campo si no también en la academia y los colores que inundaron mi vida y la de mi familia al tener la oportunidad de ser el primer integrante de mi familia en culminar mi carrera de estudios superiores en esta institución. Se deja un legado para futuras generaciones, donde espero que cumplan sus expectativas propias y vivan la experiencia TEC. El tecnológico de Monterrey, más específico borregos Querétaro cambió mi vida convirtiéndome para siempre en un Borrego Salvaje.